Clamor en Perpinyà en defensa del Pays Catalan (Quico Sallés)

Miles de personas se manifiestan en la capital de la Catalunya Nord con fervor catalanista

El “éxito” de la convocatoria, 12.000 personas, ha sorprendido a la misma organización de la manifestación en defensa del “Pays Catalan” que esta tarde se ha celebrado en Perpinyà, la capital de la Catalunya Nord.

Una concentración festiva y transversal convocada por diversos partidos, entidades, asociaciones y secundada por un gran número de alcaldes que se han levantado en pie de guerra por la decisión de cambiar el nombre del departamento de Toulose-Llenguadoc por el de Occitanie. Una decisión que ha causado una verdadera revuelta territorial y ha disparado el sentimiento catalanista en las comarcas catalanas en territorio francés, como el Conflent, el Vallespir, el Rosselló, La Cerdanya o el Capcir.

La manifestación ha acabado con discursos que reclamaban no tan sólo el nombre del departamento de Occitanie-Pays Catalan, sino lo que era impensable hace tan sólo unos años: un Estatuto para la Catalunya Nord igual al que tienen Martinica o Córcega y poder tener un presupuesto propio.

A las tres de la tarde, los responsables de la convocatoria no escondían su sorpresa por la magnitud de la gente que se concentraba en la plaza Catalunya de la ciudad. “Pensábamos en unos cinco mil, pero seremos el doble”, apuntaban a La Vanguardia fuentes de la organización. Y así ha sido, a los pocos minutos de comenzar la marcha se han oído los primeros gritos de “pays Catalan”, “Ja som aquí, ja hem arribat” o “Volem un Estatut” y se ha podido comprobar la multitud que llenaba el recorrido hasta el Castellet de Perpinyà.

En un ambiento festivo, apabullado de senyeras y esteladas, elementos de merchandising catalanista y centenares de camisetas de la USAP, el equipo catalán de rugby de la ciudad, los manifestantes han transcurrido pacíficamente con sólo alguna sonora pitada ante organismos del Departamento de los Pirineos Orientales, que defiende el cambio de nombre, o de algún edificio público de la República.

En los parlamentos finales, ante el Castellet, los oradores como la alcaldesa adjunta de Perpinyà, Annabelle Brunet, han asegurado que la manifestación demuestra que el pueblo de la Catalunya Nord “está unido y presente” ante la demanda de rebautizar la región como Pays Catalan. Asimismo, otros representantes políticos han reclamado un Estatuto para la Catalunya Nord al igual que ostentan Martinica o Córcega “porque así lo han querido y lo han defendido”. “Esto no es de derechas o de izquierdas, es de todos”, asegura Jordi Vera, de la Convergència Democràtica de la Catalunya Nord.

Los manifestantes, que no mostraban ni una sola bandera francesa pero apenas eran unos pocos los que hablaban catalán, han querido salir a la calle en defensa de la “catalanidad”. “No somos occitanos, somos catalanes, es muy simple”, comentaba Sophie, una mujer de mediana edad ataviada con una senyera como capa. “Quiero ser el Pays Catalan, no Occitania, hay que respetar que somos catalanes”, aseguraba un manifestante con una barretina sacada del armario para la ocasión.

En declaraciones a La Vanguardia, Brunet ha destacado que una vez se ha empezado a utilizar el nombre de Occitania para la región “la gente ha despertado, se ha enfadado”. “La voluntad del pueblo catalán del norte es clara, quieren ser Pays Catalan, no Occitania, es ridículo”, ha añadido.

“Los responsables del nombre dicen que hicieron una consulta popular, que no fue tal, y además la presidenta del Consejo General regional añadió Pirineos Mediterráneos al nombre de Occitania, si puede utilizar así la ley nosotros también, espero que tenga orejas y nos escuche”, apunta la alcadesa adjunta y una de las principales activistas del movimiento. “Esto va más allá del mundillo catalanista: han despertado el sentimiento catalanista”, concluye Brunet.

La protesta de este sábado ha tenido el color de la Catalunya Principat de los setenta: reclamación de Estatuto y de Autonomía y cantada popular de L’Estaca de Lluís Llach. O un calentón de verano o lo que empezó como una tontería administrativa quizá ha despertado una bestia que la república francesa tenía dormida. El tiempo dirá. De momento, el primer ministro, Manuel Valls, les confesó en un encuentro este verano en Carcassona con la comisión del Oui Au Pays Catalan que le habían creado “un problema”. Un problema que esta tarde 12.000 personas han decidido mostrar, a la francesa, que son catalanes.

(La Vanguardia)